Crónica de la Semana Santa de Málaga

La primavera se ha volcado sobre Málaga en este año, con el esplendor que en Andalucía la recibe cada vez. Pero ella se suma al escenario en que se va a desarrollar la conmemoración de la Pasión de Cristo, con connotaciones de espiritualidad, que este pueblo vive, en una curiosa unión cívico-militar de muchas hermandades y cofradías con el estamento militar que acompaña y honra a sus Santos Benefactores, Cristos y Vírgenes a las que apasionadamente dedican estos cultos.

Si al Cristo de la Buena Muerte (su protector) le ensalzan los caballeros legionarios, a los que el pueblo malagueño idolatra; la Armada custodia y acompaña con mimo a Nuestra Señora de la Soledad, esa Virgen que hace más de doscientos años se apiadó de los tripulantes de una fragata en trance de naufragio.

Y desde esos lejanos tiempos, los guardia-marinas de la Escuela Naval Militar, infantes de marina y marinería, con sus oficiales, jefes y almirantes al frente, la visitan en estas fechas, para acompañarla en sus triunfales recorridos procesionales, cantando la Salve Marinera, entre los aplausos y exclamaciones del pueblo.

Y el Sábado Santo, un almirante, en esta ocasión ha sido el ALFLOT, Jefe de la Flota, quien ha agradecido a la Virgen de la Soledad la protección que desde tantos años atrás ha ejercido sobre nuestros hombres en trances peligrosos llevándolos a buen puerto.

Pero no solo a esta Soledad de María dedican nuestros marinos su devoción. Desde el Jueves Santo, en compañía de los miembros de la Real Liga Naval Española, la trasladan de la Abadía del Cister a la Casa de Hermandad, siguiendo a los hombres que portan el cuerpo muerto de su Hijo. Entre estos siempre figura el Comandante Naval de Málaga, y el Delegado Regional de la Liga, llevándolos hasta los tronos procesionales.

Al día siguiente darán escolta a la Señora que seguirá al Sepulcro donde su Hijo yace, rodeado de los hombres de la Armada, en lo que es la procesión oficial de esta ciudad. A su paso, sin que nadie lo reclame, se hace un profundo silencio, solo roto por las solemnes notas de la Marcha Fúnebre de Chopin y los taconazos rotundos de la marinería que escolta los tronos.

Al frente de la comitiva ha figurado este año el Almirante Jefe de la Flota, Vicealmirante Don Juan Rodríguez Garat, en representación de S.M. Felipe VI, acompañado de todas las representaciones cívicas, con al Alcalde de Málaga, Presidente de la Diputación, cuerpos cívicos, consulares, y militares, figurando en lugar preeminente los jefes, oficiales y suboficiales de la Armada y la Real Liga Naval Española, Hermanos Mayores Honorarios de esta Hermandad.

Un año más, un espectáculo de fe cristiana que el pueblo de Málaga y los hombres de Ejército y Armada, con la colaboración de una primavera generosa ha mostrado a propios y extraños, en un escenario único que no olvidarán mientras vivan, y que los estribillos del Novio de la Muerte y la Salve Marinera les acompañarán por muchos días.

Rafael Diaz nogueras
Delegado Regional de la RLNE en Andalucía

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