La delegación de Andalucía participa en el homenaje al ilustre general español Bernardo de Gálvez

 

El pasado día 8, se celebró en el puerto de Málaga un acto en homenaje al ilustre general español Bernardo de Gálvez, natural del pueblo malagueño Macharaviaya, que fue personaje decisivo en la lucha por la independencia de los Estados Unidos.

Recientemente, el gobierno americano ha rescatado del olvido histórico la figura de este español, y hoy cuelga su retrato en la galería de hombres inolvidables en la conquista de su independencia. Para hacer patente su reconocimiento, ha enviado un destructor de su flota, el “Mc Faul” DDG-74, que durante varios días ha permanecido atracado en el puerto de Málaga, tomando parte su dotación en distintos actos, culminados en el del día 8 con la parada militar en el muelle 2, de fuerzas del ejército español y una compañía de honores de la Marina de EE.UU.

La figura de Bernardo de Gálvez, poco conocida hoy  inexplicablemente, de un militar español que con unas fuerzas militares escasas, pero con el apoyo decisivo de Carlos III, combatió a los ingleses por todo el sur de lo que hoy son los Estados Unidos, derrotándoles sucesivamente en Manchac, Baton rouge, Natchez , Thomson Creek y Mobila. Gálvez, con 33 años es ascendido a mariscal de campo.

La ciudad de  Panzacola, donde  resisten los ingleses bajo el mando del general John Campbell, está defendida por los fuertes de Santa Rosa y el de Barrancas Coloradas, que flanquean la estrecha y arenosa entrada a la bahía, y donde la flota española mandada por el capitán de navío Calvo de Irazábal tiene algunas dificultades. Bernardo de Gálvez realiza una inspección nocturna a bordo de una balandra, y comprueba que la artillería inglesa está colocada de forma que sus disparos serán altos. Lo comunica a Calvo, quien se niega a que los buques penetren en la bahía.

A esa negativa contesta Gálvez, que si la flota se acobarda, entrará “él solo”, lo que efectivamente realiza con su barco privado, el “Galvestown”, seguido solo por una pequeña balandra. Avergonzados los comandantes españoles, contra la voluntad de Calvo, entran por el estrecho paso, y comprobando que efectivamente los cañones ingleses disparan demasiado alto. El fuego de los navíos, y desembarco de los infantes españoles vence a los ingleses, y el general  Campbell se rinde sin condiciones.  Esta victoria deja en poder de los españoles todo el sur de los Estados Unidos, y Carlos III le nombra Conde de Gálvez, y le da el mote para su escudo de “Yo Solo”.

Esto es lo que el pueblo americano ha reconocido y agradece, hoy 234 años después, cuando en España casi nadie sabe quien fue este malagueño, amigo de Jorge Washington, protegido de Carlos III, joven con menos de treinta años de edad, quien con apenas mil y pico hombres españoles y un puñado de indígenas combatió y derrotó a soldados ingleses veteranos, y dirigidos por generales curtidos en numerosas contiendas.

La única estatua suya, está en Washington, obra de Juan de Ávalos, inaugurada por S.M. Don Juan Carlos I el 3 de junio de 1976.