Ciclo sobre la medida del tiempo y el arte de navegar. Marzo a Junio de 2015. Conferencia “La medida del tiempo: instrumentos y mapas en la antigua navegación»

El día 23 de marzo de 2015  tuvo lugar, en la sede de la Real Liga Naval Española,  la conferencia impartida por D. José María Moreno Martín  “La medida del tiempo: instrumentos y mapas de la antigua navegación”.

La antigua navegación estuvo presidida por el uso de dos instrumentos básicos: la brújula y el reloj de arena, comúnmente llamado ampolleta, y por un documento: el mapa portulano.

El conferenciante explicó la importancia del uso de la brújula como instrumento de navegación cuyo uso ha perdurado, sin discontinuidad, hasta la actualidad desde que, procedente de China, fue trasladado al mundo occidental por los cartógrafos persas.

La brújula comenzó utilizando la piedra imantada, calamita o magnetita, directamente como elemento magnético que se orientaba al norte,  hasta  que se aprendió a imantar el hierro al que se inducía el campo magnético por frotamiento con la piedra imán. Se pasó así a la aguja imantada. El paso siguiente fue lograr que la aguja pivotara libremente sobre un eje vertical.

Respecto de la medida del tiempo, concepto sumamente sutil y de naturaleza difícilmente explicable, expuso las características del reloj de arena o ampolleta cuyo mantenimiento, consistente en invertir el instrumento en el momento oportuno, se confiada a concretos personajes de la marinería. La ampolleta servía tanto para medir el tiempo que se llevaba navegando a rumbo fijo, como para la determinación de las guardias de 4 horas que era el equivalente de 8 ampolletas pues el tiempo de vaciado de la cápsula solía ser de 30 minutos. Era el único medio de medir lapsos de tiempo en la mar.

Gracias a esta forma de medir el tiempo y al empleo de la corredera, se lograba medir la distancia recorrida para cada rumbo y por esta vía ir construyendo, recopilando datos de las distancia, los mapas portulanos.

A continuación el conferenciante explicó las características esenciales de estos mapas que son ajenos a cualquier forma de proyección. Parece ser que su origen hay que buscarlo en Mallorca y su ámbito de aplicación fue casi exclusivamente el mar Mediterráneo. Tras el descubrimiento de América, la confección de los portulanos fue trasladándose hacia el Sur de Italia, particularmente a Messina. Es destacable la sorprendente precisión alcanzada por estos mapas que se estuvieron publicando hasta comienzos del Siglo XVIII conviviendo con las cartas planas y las esféricas.

El conferenciante mostró una selección de mapas comenzando por la Carta Pisana de 1300, la más antigua conservada, continuando con mapas de Cresques, Dulcet, Prunes y Martínez de las escuelas mallorquina y catalana.

Terminada la exposición,  se inició un interesante debate centrado en preguntas relacionadas con la incorrecta aplicación del meridiano de Tordesillas realizada por los portugueses, el uso de otros instrumentos como el astrolabio y la fidelidad representativa de estas cartas.