El pasado día 1 de Noviembre, en la Parroquia de San Román, de Sevilla, la Virgen del Rosario que tiene su sede en la Iglesia de Santa Catalina, recibió la Gran Cruz de la Real Liga Naval Española.
Hizo la ofrenda el Delegado Regional en Andalucía, de la RLNE. Don Rafael Federico Díaz Nogueras, que representaba al Presidente de la Organización, quien por problemas de agenda no pudo desplazarse a Sevilla. Le acompañaba en la ceremonia el Hermano Mayor de la Hermandad, Don Manuel Guijarro Pastor, y un nutrido grupo de personalidades de la vida cofradiera sevillana, autoridades y miembros de la Liga Naval, desplazados desde diversos lugares de la región.
Dio comienzo la ceremonia con la celebración de la Misa de Todos los Santos, celebrada por el párroco de San Ramón, a cuyo término, el Delegado Regional RLNE leyó una oración de ofrenda a la Virgen del Rosario, de la Gran Cruz, trasladándose al pie del “paso” de la Virgen, donde el párroco bendijo la condecoración y se cantó la Salve Regina.
Seguidamente el Delegado Regional subió al trono, procediendo a prender la Gran Cruz sobre la imagen, y la Banda de Honor sobre el brazo con la que la imagen empuña el cetro de realeza. Después de bajar del trono, reunió a los marinos presentes en el templo, quienes entonaron la Salve Marinera, concluyendo el emotivo acto.
Momentos después, la Junta de Gobierno de la Hermandad ofreció un almuerzo a los miembros de la RLNE desplazados desde varias provincias andaluzas, en el transcurso del cual, se disfrutó de una cordialidad extraordinaria entre todos los presentes.
A las 18.30 h. se organizó la procesión, que transcurrió por las estrechas calles del centro histórico de Sevilla, que dan un carácter especial a estas manifestaciones religiosas, y la del Rosario es de las más apreciadas por los sevillanos. Con un impresionante cortejo de fieles, la procesión, presidida por el Hermano Mayor y el Delegado Regional RLNE, así como el Presidente de las Cofradías de Sevilla También formaban en lugar destacado un nutrido grupo de miembros de la Liga Naval, de uniforme, así como marinos mercantes residentes en Sevilla y Cádiz, miembros de nuestra Organización.
Como todos los años, la estación ante conventos del barrio fue emocionante, pero sobresale siempre la que se realiza ante el monasterio de Santa Ángela de la Cruz, donde la monjas y novicias reciben a la Virgen arrodilladas en la entrada, hasta donde casi entra el paso de la Señora, y le cantan como un coro de ángeles, que pone los vellos de punta a quienes lo contemplan.
Así transcurrió esta jornada que hemos vivido los hombres de la Real Liga Naval Española, que este año hemos tenido la satisfacción de ofrendas a la Virgen del Rosario, nuestra Galeona antigua Patrona de los hombres de la mar, la máxima condecoración que la Liga Naval concede a las personas que aman las cosas de la mar, y nadie hay que profese mayor cariño hacia nosotros que Nuestra Señora la Virgen del Rosario, que desde siglos ha velado por los navegantes y guerreros marineros.
